Todo comenzó hace muchos años con una pareja de periquitos australianos en una pequeña jaula de cría. Posteriormente fueron una pareja de ninfas, agapornis, rosellas, loris, yacos y por fin nuestra gran pasión: Las aras o guacamayos.Su grandeza y majestuosidad, unido al colorido de su plumaje y la inteligencia que poseen, hicieron el resto. Aunque nos costó un poco decidirnos por nuestra primera pareja de araraunas debido a su costo precio, tengo que confesarlo, nos lanzamos a la aventura y con los años fuimos adquiriendo el resto de parejas. Nuestro primer pichón nacido de ararauna fue una alegría inmensa, viéndolo crecer con ilusión, día a día, hasta que por fín se emancipó. |
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